Un error común que solemos cometer es aclarar directamente las brochas y rodillos una vez hemos terminado de pintar una pared o al querer cambiar de color. Lo más recomendable es retirar primero la mayor cantidad posible del producto que se ha quedado en la brocha o rodillo y después aclarar con agua.
Para llevar a cabo la limpieza de tus herramientas, utiliza un recipiente con agua caliente, a unos 40°C aproximadamente. Sumerge las brochas en él y déjalas dentro durante dos horas (este tiempo variará en función del tamaño de tus herramientas). Una vez transcurrido el tiempo recomendado, lo mejor para secar tus materiales es utilizar un papel o un paño seco viejo.
El agua que has utilizado para limpiar las brochas y rodillos se considera un residuo doméstico, por lo que es importante que no la tires por el fregadero. En su lugar, el centro de recogida de residuos de tu comunidad local debe hacerse cargo de ella. Pero si no dispones del contacto de esta entidad o si prefieres una opción más sencilla, también puedes esperar hasta que el agua se evapore y desechar el recipiente con los restos de pintura seca en un centro de tratamiento de residuos domésticos.
Una vez limpias las herramientas y expulsada el agua utilizada, es hora de guardar el recipiente de pintura. Para ello, ciérralo herméticamente y deposítalo en un lugar con una temperatura que oscile entre los 0 °C y los 25ºC. Otra posibilidad es que lo lleves a un punto de recogida de residuos. Igual que pasaba con el agua, no debes vaciar los restos de pintura por desagües o cursos de agua.
Si, en cambio, has dejado el trabajo a medias y vas a seguir pintando en otro momento, debes envolver la brocha manchada en papel film, el cual mantendrá el material en buenas condiciones durante días. Los restos de pintura que queden sobre él deberán secarse antes de que lo tires o deseches. Si el trabajo te va a llevar varios días, te recomendamos que no limpies la brocha o rodillo de un día para otro, simplemente guárdalo y así evitarás desperdiciar agua y pintura.
A las pinturas se les aplica la legislación medioambiental europea de igual forma que sucede con otros productos químicos. Por ello, es importante que sigas los pasos indicados a la hora de limpiar los utensilios para pintar. Contribuir a la mejora del medioambiente está en manos de todos y, de igual forma que los fabricantes de pintura cumplen con sus obligaciones legales, los usuarios debemos seguir el camino marcado de forma responsable.