Algunos datos sobre el estilo nórdico
El estilo nórdico surge a mediados del siglo XX. Los diseñadores del norte de Europa se ven influidos, por un lado, por las corrientes más funcionalistas de la Escuela de la Bauhaus. Por otro lado, incorporan las líneas limpias de los movimientos artísticos desarrollados entre 1930 y 1940, que dan a este estilo esa elegancia inconfundible. No obstante, el estilo nórdico más moderno comienza a incorporar algunos cambios. Hoy en día presenta tres características básicas: diseño funcional, empleo de colores neutros y fríos y la incorporación de elementos que acerquen a la naturaleza y den calidez a las estancias. Es aquí, en este tercer punto, donde entra la inspiración étnica con elementos provenientes de culturas ajenas a los países nórdicos. ¡Y es donde se convierte en algo reCualquier elemento tribal, oriental o de cualquier cultura que nos resulte lejana, unido al minimalismo nórdico, tendrán como resultado un ambiente confortable en el que nos apetece cobijarnos. Además, la fuerza de lo étnico se apreciará mucho mejor con una mano de pintura y hará que los detalles más bonitos de la habitación brillen por sí solos. Y esto es lo más importante: ¡que por fin vas a poder demostrar que eres un crack de la deco! ¿Siguiente reto?almente apasionante!
El color neutro como elemento básico
Para conseguir que un espacio se asiente en la estética del estilo nórdico, el color es la clave. Para conseguirlo, hay dos caminos: si partimos de una habitación amplia, podemos decantarnos por tonos algo más oscuros, que proporcionarán ese carácter y distinción que buscamos, como el Azul Gråblå, el Gris Mørkegrå, el Nuez Valnøtt o el Rose Pinjenöt de la colección Nordic.
Si queremos aportar mayor luminosidad a estancias más reducidas, un elemento importante en este estilo decorativo, nos inclinaremos por tonos como el Fossil, el Quarzø Kvarts o el Blanco HVIT de la colección Nordic.
Lo natural para dar calidez y lo étnico para el carácter
Los elementos que van a hacer el espacio acogedor serán aquellos que nos recuerden a la naturaleza. El mimbre, las fibras, los textiles, los troncos, las flores secas o las piedras son aquellos detalles que proporcionarán a nuestro salón o habitación el complemento perfecto a la elegancia nórdica. Además, podemos escoger algún rincón y pintar la pared con colores más naturales como el Magnolia, el Arena o el Mantequilla de la colección Eco Natura.
Sin embargo, lo que realmente marcará la diferencia será la incorporación de detalles y muebles que se correspondan con la decoración étnica. Se integrarán creando fusiones innovadoras que dejarán a todos con la boca abierta. Por ejemplo, podemos pintar con Esmalte al agua algún mueble o pieza decorativa de inspiración o diseño marroquí u oriental, con colores cálidos como el Terracota o el Mandarina dulce, o bien tonos poderosos como el azul Túnez o el Fucsia.
Cualquier elemento tribal, oriental o de cualquier cultura que nos resulte lejana, unido al minimalismo nórdico, tendrán como resultado un ambiente confortable en el que nos apetece cobijarnos. Además, la fuerza de lo étnico se apreciará mucho mejor con una mano de pintura y hará que los detalles más bonitos de la habitación brillen por sí solos. Y esto es lo más importante: ¡que por fin vas a poder demostrar que eres un crack de la deco! ¿Siguiente reto?